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Con frecuencia creemos comenzar un cambio dentro de nuestras organizaciones debe hacerse en grande, llamando a la gran mayoría, con grandes activaciones y eventos rimbombantes, pero pareciera que el éxito del cambio, no es garantizado de esta manera. 


Dicen por ahí que la gente teme al cambio, pero dondequiera que vaya implementando un nuevo software, parece que la mayoría está entusiasmada con ello. 

Los directivos hablan de sus inspiradoras visiones para su empresa, pero se quejan de que no pueden conseguir que los empleados se sumen. Los directivos intermedios se quejan de que tienen ideas transformadoras, pero no pueden hacer que los líderes estén de acuerdo.

El problema es que, si bien a las personas les apasionan sus propias ideas, tienden a resistirse a las iniciativas de otras personas, especialmente cuando sienten que se les están imponiendo cambios. Esa es una de las principales razones por las que la gran mayoría de las transformaciones fallan, porque en su deseo de crear una «sensación de urgencia» y hacer que el cambio parezca inevitable, los líderes tratan de convencer a todo el mundo a la vez.

Incluso para empresas relativamente pequeñas y medianas, es un error. Empezar con una gran campaña inicial tiene más probabilidades de activar la resistencia que de ganarse la mayoría. También es innecesario. Décadas de investigación muestran que no es necesario convencer a todo el mundo para que una idea se afiance. Ese principio simple puede ayudar a lograr un cambio impactante y de gran alcance.


La buena noticia es que no tiene que convencer a la mayoría para que el cambio se afiance. De hecho, tenemos décadas de pruebas de que una minoría significativa es completamente suficiente:

- Una investigación sobre la «curva en S» mostró que solo se necesita entre el 10 y el 20% de un sistema para adoptar una innovación que la mayoría la acepte rápidamente.

Everett Rogers


- Han analizado más de 300 revoluciones políticas del siglo pasado y han encontrado que sólo se necesita un 3,5% de la población de una sociedad que participe activamente para tener éxito, y muchas campañas han prevalecido con menos.

Erica Chenoweth


- Una investigación reciente de un sociólogo en la Universidad de Pensilvania sugiere que el punto de inflexión para el cambio es lograr que el 25% de las personas de una organización se unan.

Damon Centola

 

Así, en lugar de intentar convencer a los escépticos desde el principio, una estrategia mucho más eficaz consiste en identificar a las personas que ya están entusiasmadas con la idea y desean que la transformación tenga éxito.


Empiece con una pequeña mayoría local

En el contexto de toda una organización de 1700 personas, 3 de ellos, en un grupo inicial, son una muy pequeña minoría. Pero en el contexto de una sala de reuniones, de 5 personas la mayoría estaría queriendo que la iniciativa tenga éxito. Siempre podemos ampliar la mayoría local de esta forma y desde esa base aparentemente insignificante transformar toda una organización, pero ojo, porque una vez que estemos en minoría, sufriremos un rechazo inmediato.

Siempre es mejor empezar con una pequeña mayoría local y, es que aún cuando no podemos controlarlo todo, si podemos controlar con quién empezamos.

 

Venda el éxito en lugar de una idea.

Muchos piensan que impulsar el cambio tiene que ver con la persuasión, por lo que se centran en vender la idea, en escribir eslóganes y en crear materiales de presentación sofisticados. La verdad es que sentir ganas de persuadir es una red flag. Significa que o empieza con las personas equivocadas o tiene una idea equivocada.


Un enfoque mucho más eficaz es aprovechar los primeros entusiastas para que se centren en un cambio clave que tiene un objetivo tangible como lo es dar un salto a una plataforma nueva para la gestión de personas, que involucra a varias partes interesadas y allana el camino para un cambio mayor. Esto no es necesariamente una «pequeña victoria», pero debería tener un riesgo lo suficientemente bajo como para que un fracaso no se note lo suficiente como para impedir el esfuerzo general de cambio.

Cuando la gente ve que algo funciona, quiere participar y trae a otros que pueden atraer a otros también. Así es como puede hacer crecer su iniciativa hasta alcanzar el umbral de participación del 25% que inclina al sistema hacia un cambio positivo y generalizado.

La gente tiende a darse cuenta de la transformación una vez que ya ha ocurrido y, a menudo, tiene la impresión de que, dado que se hizo grande, empezó así. Eso casi nunca es cierto. Las iniciativas se convierten en transformadoras al construir un éxito tras otro. No necesita convencer a todo el mundo a la vez. Tiene que empezar con un grupo pequeño que esté entusiasmado con el cambio. Ese pequeño principio puede marcar una gran diferencia.

Extraído de Greg Satell quien es Co-Fundador de ChangeOS, speaker internacional y autor del bestseller Cascades: How to Create a Movement that Drives Transformational Change. 

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