Durante el último tiempo, las organizaciones toman cada vez más consciencia sobre la importancia de las personas en la gestión y resultados de las compañías.
Pero ¿Qué es lo que tenemos en común las personas?
Estamos probablemente de acuerdo en que, la gran mayoría de los seres humanos, buscamos ser felices y en un nivel de mayor consciencia, buscamos vivir de un propósito que conecte con otros y nos permita desplegar cada uno de nuestros talentos.
Cuando hablamos de promover la felicidad en las empresas, es recurrente escuchar frases como “eso es solo costo, cero inversión”, “los colaboradores acá creen que felicidad laboral es sólo pasarlo bien”, “todo eso es una pérdida de tiempo si no se puede medir”.
Sí, como empresas, es común enfocarnos en factores financieros, pero ¿qué pasa con los indicadores sociológicos de productividad que también impactan en los resultados?
Te has preguntado alguna vez, ¿Cuándo tus colaboradores son más proactivos, optimistas y creativos? ¿Revisaste en qué momento han dado lo mejor de sí mismos?
Los estudios demuestran que esto ocurre cuando las personas nos sentimos felices y agradecidos desde una perspectiva global con nuestra vida, siendo capaces de llamar desafíos a aquellos “problemas” que se nos presentan.
Por ello, la gestión del talento debe contemplar las dos vías de la felicidad laboral: la gestión del profesional y al mismo tiempo, de la persona que da vida al rol en la organización.
¿Qué quiere decir esto?
Las empresas pueden disponer de recursos, herramientas, programas, del diseño y desarrollo de una cultura sobre una estructura que funcione para promover el bienestar de sus colaboradores, pero ¿Qué pasa cuando aun así las personas nos sentimos infelices? ¿Qué pasa cuando nos sentimos miserables aún teniendo un líder ejemplar, compañeros de trabajo que facilitan buenas relaciones interpersonales y otros factores que promueven el bienestar en el trabajo?
Podemos estar en el mejor lugar para trabajar, sin embargo, la felicidad laboral también es un trabajo individual, y cada persona dentro de una empresa – o no – es responsable de la suya.
Ahora, ¿Cómo comenzar a hacerte responsable de tu propia felicidad?
Es un camino de autoconocimiento y de revisar tus creencias sobre este tema.
Comienza por preguntarte cómo defines felicidad, ¿Qué significa felicidad para ti? Luego, identifica quién eres en tu mundo laboral o en el trabajo que desempeñas. Piensa ¿Hacia dónde quieres ir? ¿Lo que haces hoy, te lleva al lugar, al estado, al rol que quieres desempeñar? ¿Qué tan alineado/a estoy con lo que soy, lo que hago, lo que tengo y lo que quiero ser? ¿Para quién trabajas? ¿Para tu jefe? O ¿para ti y tu legado?
Hoy, ¿eres víctima o protagonista de tu felicidad laboral?
¡Cuéntame tu visión sobre este tema! 😊
¡Te dejo un abrazo!
Fran.
Consultora Mi Búsqueda