En la conmemoración del Día de la Mujer, me encantaría contar acá mi experiencia sobre liderazgo femenino en Chile, y ojalá poder inspirar y motivar a otras mujeres a preguntarse, a debatir y a conversar sobre esta temática que hoy es tan importante en nuestro país.
Toda mi carrera profesional la he desarrollado en ONG’s: es muy estimulante trabajar en organizaciones que te permiten un amplio contacto con el mundo privado y el público, donde hay muchas oportunidades para hacer cambios, conocer muchísima gente, pero sobretodo, de poder hacer cambios culturales, de levantar temas que son claves para la sostenibilidad de una organización y desarrollar estrategias de cambio. En organizaciones como FGE (Fundación Generación Empresarial), donde promovemos culturas de integridad, es decir, un actuar basado en valores, la normativa vigente y el convencimiento de la necesidad de hacer las cosas bien, queremos contribuir a una mejor sociedad, donde la empresa, las instituciones y sus colaboradores se comprometen con el bien común por sobre los beneficios personales. Y en el caso de UDD Ventures, además de estar aprendiendo permanentemente de cómo funciona el mundo del emprendimiento, es muy satisfactorio poder apoyar las buenas ideas e iniciativas de muchas personas que buscan tener un impacto positivo en nuestro país con sus proyectos. La combinación de ambos roles es también algo que me encanta: todas las grandes empresas y líderes fueron alguna vez una startup y un emprendedor que, con mucho esfuerzo, convicción y trabajo, pusieron en marcha un proyecto que está dando beneficios a muchos más que solo a él. Este círculo virtuoso es el que puede generar impactos positivos en la economía y la sociedad, y poder ser parte de este ciclo me sigue motivando enormemente.
En este sentido, el 2017 y 2021 fui reconocida como una de las 100 Mujeres Líderes por Mujeres Empresarias y El Mercurio. Este reconocimiento tiene ya más de 20 años y busca visibilizar a mujeres que han logrado una carrera destacada y/o logros profesionales importantes en diversas áreas profesionales. También es una forma de empoderar a más mujeres, fortalecerlas en los nuevos roles que ha ido asumiendo con el tiempo y mostrar el gran talento existente.
Pero además les quiero contar acerca de mi vida personal, porque para poder hacer todo lo que he logrado, ha sido gracias a mi familia, hobbies, etc. Ha sido lograr un equilibrio entre la vida personal y profesional: Tengo dos hijas, Fernanda y María Ignacia, de 16 y 14. Tuve los postnatales cortos y eso fue muy complicado porque eran tan chiquititas que me daba mucha angustia dejarlas. Y porque fue muy cansador ser mamá que trabaja full time en tiempos en que la adaptabilidad laboral y el teletrabajo eran impensables.
La maternidad no es un obstáculo: es un desafío y gracias a Dios, los objetivos que me proponía eran en parte sueños y en parte adaptación a la realidad que estaba viviendo. Además, he tenido la suerte de contar con mucho apoyo, especialmente de mi mamá, la Ceci, de mi nana Miriam que lleva 15 años con nosotros y de mi marido Nicolás. Él ha sido clave, no solo como comprometido papá en la crianza, sino que como pareja, en quererme y ayudarme a aguantar y superar los momentos en que el cansancio y el mal genio me pasaban la cuenta.
Además me encanta jugar golf en familia y con amigas: es una suerte poder hacer deportes al aire libre, tener ese tiempo para conversar y además es muy liberador pegarle a la pelotita 🙂
Este verano aproveché de jugar bastante, pero ahora es más difícil por la pega y los colegios, y con frío tampoco dan muchas ganas de levantarse los fines de semana.
Creo que nuestro país va bastante bien en términos de empoderamiento femenino y los próximos desafíos. ¿Por qué? Los proyectos y las cosas que se están haciendo, es de forma genuina. Y quiero hacer una diferencia, porque no es solo de las mujeres, sino que también es un proceso de comprensión y adaptación de los hombres. Las mujeres se han empoderado, creen en sí mismas, han fortalecido su autoestima, miran el futuro y las oportunidades con optimismo y están llevando a cabo las acciones que les permiten conseguir sus objetivos. No son solo sueños o ideas: estamos viendo cambios concretos que permiten un desarrollo más amplio y diverso para todas las mujeres. Hay muchos hombres que están detrás de estos cambios, desde el apoyo en las familias, las amistades y otras redes hasta en el ámbito del trabajo y los cambios legislativos que seguirán facilitando una mayor presencia de las mujeres a todo nivel.
Respecto de los desafíos: por un lado, están los relacionados con una profundización de la legislación que facilite mayor adaptabilidad laboral, que las organizaciones se atrevan a invertir más recursos en capacitación y reconversión laboral, y que haya un mayor tiraje de mujeres en cargos de alta dirección. Y la contrapartida es que las mujeres se sigan atreviendo a dar más pasos para un mayor desarrollo personal y profesional.