Según las palabras del escritor y filósofo estadounidense Eric Hoffer, “En tiempos de cambio, los aprendices sobrevivirán, mientras los que todo saben, estarán bien equipados para un mundo que ya no existe.”
Liderar en el siglo XXI, no solo requiere de líderes que tengan conocimientos específicos en su quehacer profesional, (ya que ello no garantizará sus resultados), sino de seres humanos dispuestos a revisar sus sistemas de creencias, sus modelos mentales y permitirse estar “en la mente del aprendiz”.
Hoy día, un gran liderazgo se define como un liderazgo consciente, y en cualquier nivel, un liderazgo consciente comienza con una auto reflexión. Entre más capaz seas de comprenderte a ti mismo/a, mejor será tu capacidad para relacionarte con otros/as.
Puedes comenzar usando preguntas como: ¿Que es aquello que no sé y me interesa conocer? ¿Qué me lleva a pensar lo que estoy pensando? ¿tengo evidencia para mis conclusiones? ¿Cómo he liderado a otros/as y como he seguido a otros/as? ¿Por qué este tema es importante para mí? ¿Qué valores guían mi comportamiento? ¿Qué me hace feliz?
Si bien el proceso de auto reflexión es el primer paso en el desarrollo del liderazgo consciente, el segundo paso y el más fundamental es querer saber y atreverse al cambio y la transformación. Liderazgo es aprendizaje y aprendizaje es experiencia.
De acuerdo a Fred Kofman, en su libro Conscious Business, el liderazgo es una forma de vida, y debe incluir siete “maneras de ser”:
- Responsabilidad incondicional
- Integridad esencial
- Humildad genuina
- Comunicación auténtica
- Negociación constructiva
- Coordinación impecable
- Maestría emocional
Concluimos entonces que el liderazgo es una manera de ser en el mundo, y no de “cómo hacer”.
¿Y TÚ estás siendo el tipo de líder que quieres ser?