Empieza a ver la alimentación como una fuente de energía clave para el cuerpo y la mente.

  • 10 August 2022
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Empieza a ver la alimentación como una fuente de energía clave para el cuerpo y la mente.
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La alimentación es fundamental cuando se traduce en sensaciones físicas y mentales. En el fondo, los alimentos son la bencina para el cuerpo e información para las células.

 

Deja que los alimentos sean tu medicina.

 

¿Has notado cómo es el comportamiento de tus colaboradores antes y después de la hora de colación? ¿Te has puesto a observar cómo es la calidad de alimentación de las personas que te rodean en el trabajo? 


 Los alimentos afectan el cuerpo a nivel físico y emocional

Muchas veces después de almorzar o comer ciertos productos se produce una sensación de sueño, de malestar o de cansancio extremo. Pero eso no debería ocurrir y tampoco se debe normalizar, ya que los alimentos nos deberían dar energía. Si por el contrario, nos quitan energía, puede que haya un desequilibrio en la forma que nos estamos alimentando, tanto en la calidad o cantidad. 

 

Los invito a observar a sus colaboradores por la mañana, cuántas tazas de café consumen cada día vs cuantos vasos de agua, u observemos después de almorzar si las personas quedan cansados o con energía para volver a trabajar ¡Ahí hay una gran pista!

 

Por otro lado, si tus colaboradores por falta de tiempo se saltan sus comidas o no se alimentan en los horarios correctos, se puede producir fatiga, falta de concentración y/o sensación de ansiedad. El cuerpo se estresa, afectando así el nivel de productividad y eficiencia. 


¿Qué opciones de snacks o alimentos están disponibles en sus lugares de trabajo? ¿Se respeta el horario de almuerzo durante la jornada laboral? ¿Pueden facilitar opciones saludables? ¿Hay algo por mejorar? 

 

¡Alimentarse correctamente es la forma en que generamos energía, es nuestra bencina!

 

Es importante promover una mejor alimentación dentro de tu organización y  tomar atención tanto a la calidad de los alimentos que ingieren tus colaboradores y al cómo los consumen.

 

Entonces te preguntarás ¿Cómo puedo ayudar a mis colaboradores para que se alimenten de mejor manera y así cuiden su energía y mantengan un buen rendimiento laboral?

 

“Eres lo que comes, come vida”

Lo ideal es promover y disponer alimentos reales, es decir, que sean altos en nutrientes, vitaminas y minerales.  Evitar los productos procesados que se crean de forma artificial en fábricas y en general carecen de nutrientes, aportan toxinas y químicos al cuerpo. 

 

Los procesados pueden provocar en tus colaboradores cansancio, hinchazón, irritabilidad, fatiga mental, entre otros. Además, como hay deficiencia de nutrientes, el cuerpo vuelve a mandarles la señal de hambre a corto plazo después de haber comido y pueden caer en desequilibrios y excesos.

 

Algunos de los beneficios de llevar una alimentación balanceada son:

  • Energía.
  • Ayudar a sanar el cuerpo, a reducir la inflamación, a trabajar la memoria, etc.
  • Secretar más hormonas de la felicidad, afectando el ánimo de las personas. 


 “...No se le puede echar petróleo a un auto bencinero…”

 

¿Cómo saber qué alimentos y productos son buenos? 

  • Son los alimentos en su estado más puro, es decir, sin procesos de por medio. Por ejemplo, cereales y granos idealmente integrales (avena, arroz, trigo, mijo, maíz, pan, fideos, quinua).
  • Verduras y frutas frescas, papas, camotes, legumbres, semillas, huevos, pescados, miel, aceite de oliva, jugos naturales, cacao puro.
  • Alimentos con etiqueta limpia (ideal 6 o menos ingredientes) y que sepas qué ingredientes contiene. 


“Si tu mente no entiende un ingrediente, tu estómago e intestino menos lo entenderá”

 

En la guía práctica, te compartiremos una lista de ideas de snack saludables.

Ahora… ¿Qué puedes hacer tú, para que tus colaboradores tengan una buena calidad de alimentación de una manera fácil y sin siquiera mencionarlo? 

 

A continuación, te compartiremos el estudio muy interesante que realizó Anne Thorndike, doctora de cuidados primarios en el Hospital General de Massachusetts en Boston.  Ella creía que podía mejorar los hábitos alimenticios de miles de miembros del equipo del hospital, así como de los visitantes sin tratar de alterar su fuerza de voluntad o motivación en lo más mínimo.

 

Te invito a leerla la historiaEl ambiente a menudo es muy relevante” *y ver cómo puedes ponerlo en práctica en tu organización.

 

El ambiente a menudo es muy relevante 

 

Anne Thorndike, doctora de cuidados primarios en el Hospital General de Massachusetts en Boston y sus colegas diseñaron un estudio de seis meses para cambiar la forma en que se ofrecían los productos en la cafetería del hospital. El equipo comenzó por cambiar la forma en que las bebidas estaban distribuidas en la cafetería. Originalmente, los refrigeradores que se encontraban junto a la caja registradora solo estaban llenos con refrescos. Los investigadores añadieron botellas de agua como una opción adicional en cada uno de los refrigeradores.

 

Adicionalmente, colocaron canastas con botellas de agua en varios lugares de la habitación. Los refrescos continuaban en los refrigeradores principales, pero ahora había agua en todos los espacios donde se ofrecían bebidas.

Con frecuencia las personas eligen productos no por lo que son sino por el lugar donde se encuentran.

 

 

Aquí hay una representación de cómo se veía la cafetería antes (izquierda) y después (derecha) de que se hicieran los cambios en el diseño. Las áreas sombreadas indican dónde se ponían a disposición de los comensales las botellas de agua.

 

Debido a que aumentó la cantidad de botellas de agua en ese ambiente, la conducta cambió de manera natural sin que se tuviera que dar motivación adicional.

 

Durante los siguientes tres meses, las ventas de refrescos del hospital bajaron un 11.4%, mientras que las ventas de agua embotellada se incrementaron un 25.8%. Hicieron ajustes similares —y obtuvieron resultados semejantes— con la comida de la cafetería. Nadie le había dicho una palabra a ninguno de los comensales.

 

¡Esperamos que te haya gustado!

 

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Guía Práctica
 

*1 Fuente Libro “Hábitos Atómicos” - James Clear


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